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Sabemos perfectamente la angustia que supone haber elegido una fecha para tu boda y que, cuando ésta se acerca, el señor del tiempo repita hasta la saciedad que la posibilidad de lluvias, o incluso tormentas, para ese día está asegurada.
Es normal que en un primer momento pienses que menuda mala suerte tienes, que llevaba sin llover más de 3 años en ese día, que justo el día de tu boda, bla bla bla…
Permítete renegar el tiempo que necesites, pero no te quedes atascada en bucle.
Al final, te darás cuenta de que no existe absolutamente nada que vaya a arruinar tu día B. ¡Y mucho menos la lluvia!
Muchas #softandwildbrides nos comparten esta preocupación en la boutique durante las pruebas y siempre intentamos transmitirlas nuestra visión: “Es vuestro día, y disfrutar de todas las emociones que vais a sentir debería ser vuestro objetivo. Porque serán únicas sea un día soleado, lluvioso o con nieve.”
Ver la lluvia como un fracaso sería una pérdida de energía, ¿por qué no verla como una oportunidad de hacer cosas diferentes?
Sé creativa. Si habías planificado tu boda al aire libre durante toda la celebración, piensa en la posibilidad de incorporar una carpa. Las hay preciosas y de todos los estilos que te puedas imaginar. Seguro que hay una, que incluso, aportará un toque más especial a vuestra boda. Y si ya hablamos de las posibilidades que existen para decorar el interior de una carpa…
No pongas límites a tu imaginación y seguro que tanto tú, como tus invitados, os olvidáis de lo que está pasando fuera de esa mágica atmósfera que habéis creado.
Sé atrevida. Estamos casi convencidas al 100% de que si has llegado hasta nosotras esta es una de las características que mejor te describen. Si has huido de convencionalismos en la búsqueda de tu vestido, si ir con el pelo suelto y las uñas pintadas de rojo, o el color que más te guste, el día de tu boda es una cosa que harás sí, o sí, diga lo que diga tu futura suegra…
¿Te va a limitar la lluvia? Ten unas Hunter preparadas y que vean cómo disfrutas bailando ese día, ¡hasta con botas de agua!
¡Será imposible que tus invitados no se contagien de tu energía!
¡Ah!, y por el vestido de novia no te preocupes, está hecho para llenarlo de emociones el día de tu boda. Te dará pena hasta llevarlo a la tintorería por si se va el recuerdo de lo que habéis vivido. Pero tranquila, que ese recuerdo será imborrable.
Sé flexible. Tenerlo absolutamente todo controlado hará que tu boda pierda espontaneidad, así que mantén tu mente abierta ante lo que pueda pasar con la meteorología.
Si llueve en el momento de las fotos y no te apetece pasar el resto del día empapada, sé clara y consulta con el fotógrafo la posibilidad de hacerlas un poco más tarde. ¡Quién sabe, lo mismo después hasta sale el arcoíris!
Si por el contrario, unas fotos bajo la lluvia te parecen la mejor y más romántica manera de recordar tu día, adelante. Seguro que el resultado será único.
Y si encima has decidido tener un segundo vestido de novia para el momento de la fiesta, disfruta de la lluvia en tu piel sin preocupaciones! A veces la improvisación termina siendo la clave del éxito.
Si aún habiendo leído cómo sacar el lado positivo a la lluvia en tu boda, no te hemos convencido de que no tiene tanta importancia como parece…
Quizá con esta frase, procedente de un proverbio hindú, le encuentres la magia a la lluvia:
“Un lazo después de mojarse es mucho más difícil de romper que uno que está totalmente seco”.